viernes, 27 de octubre de 2006

2006. España y Portugal




España y Portugal. Julio – agosto 2006.


            Este año, después de las vacaciones pasadas en las que hicimos la Gran Ruta en Autocaravana, el deseado y bien preparado Cabo Norte, queremos hacer una ruta por España y Portugal. Digamos que una ruta “casera”.

            Los hitos más importantes que nos hemos marcado son: San Isidro, León, Pirineos, Nou Camp y Lisboa. Ya veremos cómo nos va. Tenemos tiempo suficiente para recorrer con tranquilidad y ver despacito todo lo que nos proponemos y mucho más. La tripulación la formamos, como casi siempre en los últimos años, Sergio y yo. Bueno, vamos pa´llá. ¡ A disfrutar !


21 de julio. Viernes.
Fuerteventura – Aeropuerto de Asturias – Gijón - Oviedo

            Salimos de Fuerteventura con algo de retraso. El vuelo que tenemos es con la compañía Air Europa, que los viernes tiene vuelo directo Fuerteventura – Asturias, por lo que nos sale muy bien de precio y se ahorra mucho tiempo suprimiendo la escala en Madrid. La hora prevista de salida es a las 18.20 h., pero se retrasa hasta las 20.15 h. Esperemos que nos den entrada en el aeropuerto de Asturias, pues creo que es un aeropuerto de los que cierran a una determinada hora de la noche. No lo sé seguro, pero algo de ello me suena. Será lo que tenga que ser. Si salimos, seguro que llegamos. Mi preocupación ahora, debido al retraso, es que yo había calculado que, si todo iba más o menos bien con los horarios, pararíamos en el centro comercial de la zona de Avilés con el tiempo suficiente para comprar dos o tres cosas con las que desayunar mañana y luego ya tendríamos tiempo de hacer una compra grande por la mañana.

            El vuelo no nos resulta pesado. Sergio va leyendo una revista de las suyas y yo de vez en cuando dejo volar la imaginación y quedo traspuesto. Por cierto, los bocadillos que traemos de casa están fantásticos.

            Al llegar a Asturias la recogida de equipajes es algo caótica. Todos quieren estar en la primera fila de la cinta y cada vez que alguien coge una maleta va golpeando las piernas de todo el mundo. El escándalo es importante. En fin, parte de Europa. Se nota que la mayoría de los pasajeros que venían de Fuerteventura era la primera vez que viajaban en avión y no tienen asimilado el sistema de los aeropuertos. No es de extrañar que muchos sean “novatos” ya que esta línea directa lleva poco tiempo operando y resulta que ahora es muy barato conseguir un paquete de viaje de una semana en Fuerteventura a unos precios muy asequibles. Es por ello que las playas, a partir de mayo, están bastante “habitadas” por Asturianos, que lo disfrutan como si fuesen al Caribe. Bueno, a decir verdad, no sé si en el Caribe tendrán más sol y un agua tan transparente.

Santa María del Naranco.
Oviedo
            Cuando logramos hacernos con nuestras maletas, tomamos un taxi hasta Gijón y cogemos la caravana, sin revisar casi nada. Solo colocamos las maletas bien calzadas para que no se caigan y partimos para el Naranco, al lugar de costumbre, para pernoctar. El marcador de la autocaravana marca 107.690 Kms.

Como las bicicletas estaban en el interior de la caravana, cuando llegamos al Naranco me dedico a sacarlas y colocarlas en el portabicicletas. Mientras, Sergio deshace su maleta, colocando todo en su sitio en un pis pás. Se nota que ya tiene experiencia en esto. A las 2 de la mañana nos quedamos fritos. Estamos muy cansados.

Kms.: 30                    acumulados:     30


22 de julio. Sábado.
Oviedo – Gijón – Puerto de San Isidro

            Nos levantamos algo tarde, sobre las 9.30 h. Pensándolo bien no es tan tarde si tenemos en cuenta que ayer viajamos y eran las 2 de la mañana cuando nos acostamos. Arreglamos y comprobamos algunas cosas de la auto y vamos a desayunar a la autovía, camino de Tremañes, pues quiero liquidar con Nani para irnos tranquilos. Cuando llegamos a Tremañes está cerrado. No lo sabíamos, por lo que perdimos el viaje. Bueno, ya cumpliremos cuando vayamos a devolver la caravana.

            Volvemos hacia Oviedo y hacemos una pequeña compra para salir del paso: leche, café, pan, embutidos, agua y líquidos consistentes, etc.. Damos aire a las bicis y nos vamos hacia el Puerto de San Isidro, donde hemos quedado con nuestros primos Rosa y Toño. Llegamos después de las 2 de la tarde y ya están algo desesperados. Aparcamos y sin perder tiempo alguno subimos al coche de Toño y nos vamos a comer a Casa Federico, en Isoba. Comemos una sopa y una carne estupenda. A Sergio le ponen un chuletón que se sale del plato, plato que ya es grande de por sí.

Lago Isoba.
Pto San Isidro. Leon
            Después de comer nos vamos a dar un paseo por el Lago Isoba, donde Sergio se da un baño en la famosa “poceta”, en la que nunca habíamos estado pero que conocíamos a la perfección por referencias. Luego vamos en coche a visitar parte de las pistas de esquí, por supuesto desoladas, pero con un precioso paisaje, propio de la alta montaña.

            Tras tanto “trabajo” vamos al apartamento de los primos, donde nos hacemos un regalo de marisco, a base de un súper centollo, andaricas y un riego de buen vino.

            A las 11 de la noche nos vamos a dormir a la caravana, que hemos colocado estratégicamente en los aparcamientos de la urbanización, pues ya Toño empieza a dar claras muestras de cansancio. Es lo que pasa cuando uno se salta la sagrada siesta de una comida en San Isidro.

Kms.: 150                  acumulado:     180


23 de julio. Domingo.
San Isidro – Boñar - Leon

            El día promete. Hay una buena bajada desde el Puerto de San Isidro hasta León. Hemos quedado para comer con nuestro amigo Tommy y el día amanece espléndido.

            Nos levantamos a las 9 y nos vamos a lo alto del Lago Isoba, desayunamos con buen embutido y un horrible café que “heredamos” del viaje del pasado año, cuando hicimos Cabo Norte. Realmente el café es “infumable”, como diría mi querido amigo Pepe Martín.

            Observamos la bajada y la pinta de la carretera, y lo que tenía que pasar, pasó. Sergio me pregunta si puede hacer la bajada en bici y así será. A menor escala, me hace recordar la bajada que hicimos el año pasado los dos por la carretera de “las águilas”, con llegada al pueblo de Geiranger. Bueno, que lo disfrute.

            Preparamos todo, revisamos frenos y cambios de marchas, aire en las ruedas correcto, altura del sillín a la medida, manillar firme  y ¡¡ a disfrutar !!.

Descanso en el embalse
del Porma. Leon
            Atravesamos unos pueblos preciosos, que ya conocía yo de antaño, aunque recordaba muy vagamente: Puebla de Lillo, el embalse del Porma “madre mía”, donde realizamos una parada para descansar y disfrutar de las excelentes vistas, etc., haciendo una especie de Tour, donde el ciclista se empeñaba en seguir y seguir.

            En Boñar se le “obliga” al ciclista a culminar la etapa, tras 40 kms., a lo que accede a regañadientes, como casi siempre. La razón de acabar la “etapa ciclista” es que lleva dos horas pedaleando y hace un calor insoportable, además de que son las 13.30 h. y hemos quedado para comer con Tommy, en casa de su familia, por lo cual no se puede llegar demasiado tarde.

            Damos zapatilla rumbo sur, haciendo una parada corta para darnos un baño en el río Porma, cargamos gasoil en Ambasaguas y nos vemos con Tommy, radiante como siempre, que nos viene a buscar a un cruce en el que hemos acordado por teléfono. Le seguimos hasta su casa del pueblo, donde ya nos están esperando para comer. Nos encontramos con una reunión familiar de más de 25 personas y donde comemos como verdaderos animales.

            Sergio y David, el hijo de Tomy, se organizan, como es habitual, y se van a la caravana a jugar en el ordenador. Por la tarde se componen y se van a la piscina de un amigo de David, donde pasan un par de horas de verdadero disfrute. Mientras, los demás seguimos comiendo y bebiendo, bebiendo y comiendo. Los padres de Tommy no hacen más que insistir que hay que comer de todo lo que hay en la mesa. Total que nos vamos Tommy y yo a “vigilar” a los bañistas de la piscina y pasamos un rato hablando de todo un poco, tirados en la acera de una casa, pues el calor está siendo insoportable.

            Al oscurecer nos dirige Tommy hacia León y nos conduce a un buen aparcamiento para la caravana. Damos un volteo por los alrededores de la catedral y terminamos sentados en la plaza mayor tomándonos unas cervezas, que nos reparan del duro día.

            Sin apenas darnos cuenta, ya es mas de medianoche, por lo que nos vamos a descansar y quedamos para hacer la tournée al día siguiente.


Kms.:  115                  acumulado:     295


24 de julio. Lunes.
Leon – Burgos – Calahorra


Catedral de Leon

            Nos levantamos sobre las 10, desayunamos y nos vamos a visitar el interior de la catedral de León. Las vidrieras son impresionantes. Hacemos en el exterior las fotos de rigor y nos vemos con Tommy, que nos da una vuelta por el barrio húmedo. Todo muy bonito, aunque una parte de la muralla tiene un olor insoportable. Debe ser por el calor, que realza los olores.

            Sobre las 12 tomamos rumbo hacia Burgos. Paramos a comer en Carrión de los Condes, donde damos buena cuenta de unos trozos de bacalao que están excelentes, en la posada que se encuentra a la entrada del pueblo.

            Llegamos a Burgos sobre las 6 de la tarde y, una vez más, damos varias vueltas buscando un lugar donde aparcar la auto y poder dar un volteo a la parte antigua. No encontramos ningún aparcamiento al aire libre y, finalmente, decidimos ir a un parque amplio, camino de la Cartuja de Miraflores. Nos refrescamos internamente y observamos algunos movimientos de gente, que no nos gustan nada, por lo que tras un rato de descanso dejamos Burgos, otra vez sin visitar, y nos ponemos en marcha en dirección al Pirineo, por ver si allí encontramos algo más de fresco, pues el calor que estamos sufriendo empieza a ser insoportable.

            Paramos a cenar en una gasolinera que tiene muy buena pinta, con aparcamientos amplios. Nos calentamos una tortilla prefabricada, que está muy buena, y nos tomamos unos cacharrazos, para ir a dormir.

            Cuando estamos dando buena cuenta de la cena, en el único banco que encontramos, vemos como la empleada no hace más que dar vueltas, con muestras de nerviosismo, intentando encontrar las llaves para cerrar el edificio, pues parece ser que se las ha dejado en algún sitio y no recuerda donde. Intentamos tranquilizarla y nos vamos a dormir, pero Sergio no se siente a gusto, ya que cree que pueden estar pensando que nosotros tenemos algo que ver con las llaves y que las hemos cogido para abrir la tienda cuando todos se hayan ido. Por lo tanto, para evitar inquietudes y falta de sueño, ponemos el motor en marcha y nos vamos a buscar otro lugar donde pasar la noche. Al final, después de hacer 60 Kms más paramos a dormir tranquilamente, cerca de Calahorra. Sergio ha tenido una buena idea.

Kms.:  433                  acumulado      728


25 de julio. Martes.
Calahorra – Zaragoza – Huesca – Benabarre – Viella - Bossost

            Nos levantamos sobre las 9 y media, con el mismo calor de ayer. Desayunamos y nos ponemos en marcha. Por cierto, el café me sigue pareciendo horrible, a pesar que ya no es el heredado del año pasado, puro, sino ya mezclado con el nuevo que hemos comprado. Debe ser que tiene uno hecho el paladar al cafecito de Colombia tan rico de Tirma mezcla 50%.

            Después de notar y suponer que el calor no nos va a abandonar por mucho tiempo si seguimos por estos lares, hemos tomado una decisión irrevocable: nos vamos hacia el Valle de Arán, para pasar un par de días frescos.

            La mañana transcurre haciendo kms sin más historia, solo viendo el paisaje y conversando de vez en cuando. Paramos lo justo para descansar y refrescarnos, y vuelta a la carretera, para llegar lo antes posible a donde suponemos que hará más fresco. Sergio, desde que salimos de León está siempre pendiente que no falte una botellita de agua fresca, cuando vamos en carretera. Algunas tareas de copiloto las hace a la perfección.

            Después de dejar atrás Zaragoza y Huesca, tomamos dirección a Barbastro, de allí a Benabarre y luego hacia el Pont de la Suert donde, una vez pasada la población, paramos a comer, sobre las 14 horas y nos zampamos unos trozos de carne excelente, tras unos entremeses abundantes a base de chorizo, salchichón, butifarra, etc.

            Sobre las 16 h volvemos a la ruta y el calor sigue apretando de lo lindo, por lo que nos planteamos pernoctar en un camping por la zona de Viella, pues hemos quedado con Pepe y Elena para cenar. Llamamos por teléfono al Camping Espalias, en Bossost pues, según la guía de campings, tiene piscina y está a solo 18 kms de Viella. A las 6 y media de la tarde ya estamos instalados. Es un camping familiar, pero está con lo justo y necesario.

Cena de lujo.
Viella
            Pepe y Elena nos recogen a la puerta del Camping y nos vamos a cenar a Viella. Muy bien. Tras la cena y un corto paseo nos sentamos en una terraza al fresco y charlamos un rato. Quedamos para el día siguiente hacer juntos una actividad de rafting y les acompañamos caminando hasta el hotel, para pedir allí un taxi, que pensamos será un lugar más fácil para conseguirlo pero, sorpresa, “al ser ya las 12 y veinte no hay taxis en ningún sitio”. Está claro que entienden el turismo de otra manera. Para ellos la temporada Alta es en invierno, en temporada de esquí y es precisamente en esta época cuando todos los servicios están a punto. Sin embargo, vemos como se mueve muchísima gente por la calle, pero parece ser que son muy estrictos aquí con sus “leyes”. La temporada turística es durante el periodo en el que hay nieve, el resto del año, servicios mínimos y gracias.

            En definitiva, que al final Pepe tiene que llevarnos hasta el camping; unos 36 kms entre ida y vuelta. Gracias Pepe, una vez más.

            Sergio tiene unas ronchas en los pies y prácticamente no se le distingue el tobillo. Cuando hemos ido a la farmacia tenían puesto un cartelito que decía: “solo se atienden urgencias, con recetas de urgencias y acompañados por una patrulla de los Mossos de Escuadra”. En fin, otro país.

Kms.:  460                             acumulado:     1.188


26 de julio. Miércoles.
Camping y rafting 

            Hoy nos levantamos tarde. Es día de hacer pancing. Sergio se va a la piscina toda la mañana, con unos amigos que ha conocido. Aprovecho para organizar un poco la auto, lavar y secar ropa, hacer alguna reparación, ir a comprar a Les, en bici, etc.
            Habíamos quedado con Pepelena a las 15.50 h, pues el rafting es a las 16 h. Aun no son las 3 y media cuando llegan a recogernos, por lo que me encuentro aun haciendo las tareas, y Sergio en la piscina. Dejo la ropa que saco de la secadora, sin doblar y recoger, pues no hay nada que me ponga más nervioso que el hecho de que estén esperando por mí; prefiero siempre lo contrario.
            El rafting, estupendo. Ligero y divertido. Para poder hacerlo en esta época hay que esperar que suelten agua de un embalse que está más arriba en el cauce. Estaba prevista la salida para las 5, pero salimos a las 6 y media, que es cuando soltaron el agua del embalse. Lo pasamos muy bien todos, y Elena la pasa simplemente genial.
            Sergio sigue con sus ronchas, por lo que vamos a Les. Aun es de día, pero la farmacia está cerrada. Vamos a Bossost y lo mismo, el mismo cartelito. Es el mismo horario que en invierno, en el que a las 7 de la tarde la gente está ya cenando para irse temprano a dormir y esquiar al siguiente día. ¡¡Pero es que estamos en verano!!            Y a las 7 todavía luce un sol radiante y el calor es casi insoportable. Por lo tanto, a las 7 están cerrados casi todos los servicios.
            Quedamos para hacer una pateada al día siguiente.


27 de julio. Jueves.

            Sergio amanece con las ronchas bastante más hinchadas, por lo que urge ir a la farmacia. Debido a ello no puede ponerse los zapatos y, por lo tanto, no habrá pateada para nosotros. Llamo a Elena para decirle que nos “desapuntamos” del pateo y cual será mi sorpresa, que se encuentran en el hospital, pues Pepe amaneció con el cuerpo bastante lleno de eczemas, una especie de urticaria. Quedamos en que nos llamamos más tarde.

Museo Minas Victoria.
Arres
            Sobre las 12 llama Elena para decir que van a ir a la caminata de “la mina” y yo me apunto. Sergio prefiere quedarse en la piscina.

            La pateada es muy bonita, aunque el museo de reconstrucción de la mina es bastante pobre y a la guía que nos da la explicación le cuesta salirse del guión y no sabe responder prácticamente a ninguna pregunta que se le hace. La verdad es que, después de ver el Museo de la Mina del Valle del Nalón, en Asturias, este museo de aquí no me dice prácticamente nada. Pero la pateada si que ha merecido la pena, ya que además de hacer ejercicio y ver bonitos paisajes, se nos queda un cuerpo propicio para darnos un homenaje en la comida, con un vino elegido por Pepe, lógicamente. Me llevan hasta la puerta del Camping y nos despedimos.  Sergio sigue disfrutando con sus amigos en la piscina.

            Planeamos para marchar al día siguiente hacia Barcelona, por lo que recojo y ordeno algo. Tras la cena, a dormir que ya es hora y el cansancio hace mella en los cuerpos.


28 de julio. Viernes.
Bossost – Viella - Barcelona

            Después de colocar todo, cargar agua, vaciar grises, colocar bicis, etc., pagamos en recepción y partimos hacia Barcelona, cuando son las 11 de la mañana. Hace fresco y el día promete, aunque tenemos miedo que tras pasar el túnel de Viella y abandonar el Valle de Arán, el calor vuelva a hacer acto de presencia.

            Así fue. Lo que nos temíamos. Pocos kilómetros después de salir del túnel de Viella empieza a sobrarle a Sergio la camisa, luego el pantalón y termina quedándose en calzoncillos hasta que paramos a comer, muy bien, por cierto. Sergio sigue atento y pendiente a la intendencia y renueva la botella de agua del conductor en cuanto está mediada y ha perdido el fresco.

            Sobre las 4 llamo a Pepe y me cuenta que ha tardado muchísimo para llegar a su hotel en Barcelona, que el tráfico de coches es importante y que hace un calor sofocante. Nos espera, por tanto, un buen recibimiento. Aun así, es tanta la ilusión que tiene Sergio por ir al Nou Camp, que apuntamos hacia el destino y nos lanzamos a por él.

Colón. Barcelona
            Llegamos sin novedad a Barcelona. Vamos directos a Colón y encontramos un aparcamiento de guaguas y autocaravanas, justo en el inicio de la subida de Monjuit, al sur del Pararel.

            Tengo una tonta discusión con el cobrador del parking, que no entendía que le solicitaba la tarifa de 24 horas, mientras él quería cobrar la tarifa de la noche (20 €) más 4 € de una hora que quedaba hasta las 21 h, mas las horas del día siguiente que pasasen de las 9 de la mañana, después aparece una compañera suya y le explica que la tarifa de 24 horas se aplica desde que ingresas en el aparcamiento hasta la misma hora del día siguiente. Por último, cuando ya lo “ha entendido” me dice que él sacará el ticket de la máquina con la hora actual y que mañana lo introducirá a la hora que nos vayamos y la máquina le dirá cuanto tiene que cobrar. ¡¡en fin!!. Por cierto, La matrícula de la autocaravana es de las antiguas y es de Madrid, pero mi acento canario es indiscutible e inconfundible. Creo que el problema fundamental era esa M en la matrícula.

            Vamos a dar un paseo por las Ramblas y parte del muelle. Está muy concurrido y animado, por lo que le digo a Sergio que hay que tener cuidado de no perder el contacto nunca con la riñonera, ni perder el contacto visual entre nosotros. Nos zampamos una súper baguette cada uno y nos vamos a dormir. Mañana nos espera un largo día de visitas y fotos.

Kms.:  360                             acumulado:     1.548


29 de julio. Sábado.
Nou Camp – Monjuit – Área de descanso AP-7.

Nou Camp
            Hoy Sergio no tiene pereza para levantarse. De hecho, vamos a ir a lo que para él es la estrella y destino principal del viaje, el Nou Camp.

            Desayunamos fuerte, nos preparamos con máquinas de fotos y vídeo, y nos vamos al Pararel, para tomar la guagua que nos lleva directamente a las puertas del Nou Camp. Sergio disfruta el momento, por primera vez en lo que llevamos de viaje. Es la primera ocasión en la que no está pendiente de lo que vamos a hacer mañana, dentro de un par de horas o dentro de un rato.

Museo FC Barcelona
            El estadio es impresionante y, casualmente, va a celebrarse un partido de niños, con toda su parafernalia. Suena el himno y Sergio se emociona. Sacamos muchas fotos y secuencias en video. Nos vamos al museo y sala de trofeos. Es impresionante. Lo tienen montado de modo que, aunque no seas fanático o forofo del Barcelona, terminas sintiendo algo de emoción. Al salir se encuentra la tienda y Sergio se hace imprimir una camiseta (¡¡de las nuevas!!) con su nombre y el número 10. Cuesta una pasta pero, la ilusión es la ilusión.

            Cuando ya nos vamos del complejo compramos un equipaje completo para Ángel. Esperemos que le quede bien y le guste.

Estadio Olímpico.
Monjuit.
            Nos vamos al Estadio Olímpico de Monjuit. Sergio también queda impresionado, pues se imagina el estadio lleno de gente y el terreno de juego lleno de atletas, cuando le cuento cosas que recuerdo de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos del 92. Fotos, tomamos algo y bajamos caminando hasta la caravana. Es un paseo corto, de 30 minutos aproximadamente.

            Preparamos y estibamos todo, pagamos justo lo que pensábamos y, cuando son las 19 h aproximadamente, nos dirigimos rumbo a Port-Aventura, que disfrutaremos mañana.

            Paramos a dormir a falta de unos 30 kms de nuestro objetivo, para estar cerquita al día siguiente. Es probable que vuelva a ser un día de ajetreo y cansancio, pero con mucho disfrute.

Kms.:  98                               acumulado:     1.646


30 de julio. Domingo.
Área de descanso AP-7 – Port Aventura – Amposta

            Port-Aventura. Día típico de atracciones y diversión.

            Entramos a los aparcamientos y nos dirigen hacia una zona destinada a las autocaravanas y, tras prepararnos con la ropa y el calzado adecuado, nos pasamos por taquilla y entramos a gozar de todas, casi todas, las atracciones y actuaciones. Creo que el mejor cronista de esta jornada debería ser Sergio.

            Sobre las 22 h. arrancamos la auto y nos salimos del complejo en dirección sur. Sergio quiere ir a Aranjuez, pues en alguna serie televisiva lo ha visto y quiere conocerlo. Paramos en una estación de servicio a pernoctar poco antes de las 11 de la noche, cuando el cuenta kilómetros marca 109.395.

Kms.:  59                               acumulado:     1.705


31 de julio. Lunes.
Amposta – Peñíscola – A-3 Cervera del llano

            Al levantarnos ponemos proa a Peñíscola, pues me hace ilusión que Sergio conozca el lugar donde sus abuelos paternos, que también existieron, pasaron 8 ó 10 años de su vida y me transmitieron muchas sensaciones agradables.

Antiguas escuelas.
Peñíscola
            Entramos directos, sin ningún problema, excepto el calor, hasta el mismo muelle, donde encontramos una estupenda plaza de aparcamiento. Nos pertrechamos y damos un corto paseo por el muelle de pescadores y luego damos una vuelta por el pueblo antiguo, donde después de hablar con una persona mayor, 87 años, fotografiamos las escuelas donde mi padre trabajó en los años 50, ahora convertidas en Museo Marítimo.

            A Sergio no le interesa nada de lo que vemos y, para mi desilusión, decide irse a la caravana, donde más tarde lo encuentro jugando con el ordenador. Yo prosigo con mi corto paseo y fotos. Tras una hora en el pueblo del que tantas bonitas historias escuché (y algunas no tan bonitas). Debemos marcharnos, pues somos dos personas en esta aventura, y está claro que el 50% del personal prefiere hacer carretera.

            Nos ponemos en marcha, con el ánimo bajo y bastante contrariado, para meternos en la A-7 y luego en la autopista Valencia – Madrid. Hacemos kms, kms y kms, que es lo que en este momento prefiere la mitad de la tripulación y, como siempre, la otra mitad, siempre la misma, ha de ceder y claudicar.

            Paramos en una gasolinera en la provincia de Cuenca para dormir y al día siguiente visitar Aranjuez.

            Está claro que los intereses de uno y otro no son los mismos, y es lógico. Pero yo siempre intento buscar algunos puntos de encuentro y los hallo muy pocas veces. Me produce un enorme desánimo no saber motivar a Sergio para que disfrute de las interesantísimas cosas que encontramos en el camino. ¡¡¡Una nueva frustración!!!

            Parece que de un tiempo a esta parte no hay casi nada que me produzca una satisfacción y casi todo sale al revés de lo que uno quiere y tiene previsto. Lo mejor será intentar sobrevivir y, llegado un momento, dejarlo todo.

            Bueno, a dormir, que mañana espera otro día duro de carretera y convivencia.

Kms.:  429                             acumulado:     2.134


1 de julio. Martes.
Cervera del Llano – Aranjuez - Madrid

            Nos levantamos sobre las 9 de la mañana y nos dirigimos hacia Aranjuez. Tomamos algunas decisiones en varios cruces que nos hacen desandar lo andado en más de una ocasión. Lo cierto es que no estamos ni centrados ni conjuntados. Por fin llegamos a Aranjuez sobre la 11 de la mañana y con el calor ya apretando.

Jardines del Príncipe. Aranjuez
            Encontramos un aparcamiento estupendo bajo unos árboles y nos vamos a visitar los Jardines del Príncipe. Paseamos un poco y visitamos el Museo de Embarcaciones Reales. Todo muy bonito aunque algo incómodo, pues nos sentimos permanentemente vigilados, como si nos fuésemos a llevar alguna chalana de las que allí hay. ¡¡En fin!!



Palacio Carlos V
            Nos dirigimos a continuación al Palacio de Carlos V; todo de mírame y no me toques. Sergio sin ilusión y criticando todo lo que ve, por lo que la visita, más que disfrutarla, la sufro. Le recuerdo que estamos aquí por expreso deseo y petición suya. Pero nada. Parece que lo que quería era venir a Aranjuez, sacar una foto para decir que estuvo aquí y luego ir a la playa de Tarifa a hacer lo mismo y más tarde a San Sebastián y luego al Algarbe y así sucesivamente. Estoy verdaderamente reventado.

            Nos vamos a comer, pues ya son las 2 de la tarde y, además, es de los pocos momentos en que la tranquilidad hace acto de presencia.

            Durante la comida conversamos de algunos asuntos que ya era momento de hablar, pues Sergio ya tiene casi 13 años y ha de saber porqué suceden algunas cosas como suceden y porqué a su padre le ocurren cosas que no parecen tener explicación. La comida con conversación resulta una catarsis. Sergio no lo expresa claramente, pero parece, por sus expresiones, que en varias ocasiones dice: “lo siento, no era consciente de lo que me estás contando”. Al levantarnos, me pone el brazo por encima y me dice: “Ánimo, estoy aquí para ayudarte en lo que pueda”.

            Sergio propone ir a visitar a su tía Zaida a Madrid, por lo que la llamamos para saber si estará y quedamos en que sobre las 18 h. estaremos en su casa. Así fue. Nos equivocamos en alguna calle, pero rápidamente corregimos el rumbo y llegamos sin novedad a su casa.

            Aparcamos en su misma calle, conversamos bastante, ponemos dos lavadoras, nos duchamos y nos quedamos a dormir esta noche en su casa. Todo parece estar tranquilo y en armonía.

            Nos acostamos sobre las 11 de la noche. Mañana queremos salir temprano para ver algo de Segovia y de Ávila.

Kms.:  222                             acumulado:     2.356


2 de agosto. Miércoles.
Madrid – Segovia – Ávila – Salamanca - Hervás

            Nos levantamos temprano como estaba previsto, recogemos la ropa tendida y Zaida se ofrece a plancharla, por lo que después de desayunar pan con tomate, aceite y jamón, vamos a la caravana, colocamos y, cuando aun no son las 10, tiramos rumbo a Segovia. Todo muy fácil y se llega sin problemas. Nacional 5 hasta San Rafael, dirección Segovia por la autovía y, en un momentito, estamos aparcados delante del Acueducto. Fotos, película, paseo y nos vamos hacia Ávila.

Ávila amurallada
            Paramos a comer antes de llegar a Ávila y luego nos vamos a visitar la ciudad amurallada. Sergio lo asimila bien, aunque de vez en cuando se queja de que estamos viendo muchos muros viejos. Mañana entraremos en un camping con piscina, si ó si.

            Tras la visita de rigor nos vamos hacia Salamanca, pues Sergio quiere ir hasta Mérida para ver en vivo algunas cosas que estudió este año, de la época Romana. Vamos, por tanto, a Salamanca. La visitamos primero dando un volteo con la Auto y, tras aparcar en las afueras, nos vamos caminando, atravesando el río, para ver el Archivo de la Guerra Civil y de los Masones.

Salamanca
            A Sergio algunas cosas le llaman la atención, pero el resto, pasa de ello. Nos vamos a una terraza a tomar un refresco y un pincho. Regresamos a la caravana y tiramos kms por la Ruta de la Plata, aprovechando que después de las 8 de la tarde el calor ya no es tan intenso.

            Paramos a dormir al sur de Hervás, ya en la provincia de Cáceres. Cena ligera en un área enorme y a dormir. Mañana nos espera Mérida. Por fin mañana parece que Sergio va a disfrutar conociendo algo de lo que ha aprendido en los libros. Así lo espero.

Kms.:  370                             acumulado:     2.726


3 de agosto. Jueves.
Hervás - Mérida

            El día promete. Sergio está entusiasmado por ir circulando por la Ruta de la Plata, al igual que lo hicieron los romanos hace algunos años. Cuando hace poquito que hemos salido llama por teléfono a Fefi, su profesora de historia, y le cuenta por donde está pasando y algo de lo que ve y siente. Ya decía yo que el día prometía.

            Antes de llegar a Mérida paramos a comer y a las 15.30 h entramos en Mérida y damos una vuelta de reconocimiento. Es todo un poco de lío y donde hay algo que ver no hay aparcamiento en 2 kms a la redonda. Desde la caravana le echamos un vistazo al Circo Romano y decidimos ir al camping, para poder visitarlo con las bicis.

            El Camping se encuentra a 3 kms de la ciudad, en un recorrido prácticamente llano. Sin embargo, con el calor que hace y que la carretera es la Nacional antigua, sin arcén practicable, decidimos que hoy no iremos a visitarlo. Este camping es bastante cutre, la atención no es muy buena y, además, hace un calor de justicia. Nos instalamos y decidimos ir a la piscina, donde con el “refresco” podremos planear mejor la visita a la ciudad.

            Cuando estamos aparcando la caravana en un emplazamiento con un pelín de sombra nos presta ayuda el vecino de enfrente, lo que se agradece enormemente, pues hay algunas ramas bajas.

            Nos vamos todos a la piscina, 3 + 2, y entablamos conversación mientras los niños se bañan y juegan. Arnau tiene 10 años y parece que Sergio hace buenas migas con ellos.

            Después de cenar, quedamos para ir juntos hasta Évora al día siguiente.

Kms.:  204                             acumulado:     2930


4 de agosto. Viernes.
Mérida - Elbas - Évora

            Los vecinos Ramón, Elisa y Arnau salen sobre las 9 de la mañana y nosotros aún no estamos terminados. Quedamos en vernos en Évora, en el camping.

Circo Romano. Mérida
            No renunciamos a irnos de Mérida sin volver a echarle otro vistazo, aunque Sergio ya se ha hecho una idea de todo lo más interesante. Con la caravana volvemos a dar un volteo y nos paramos en un lateral del Circo Romano. No se puede aparcar, pero hacemos una parada rápida a la orilla y nos subimos a un muro donde se ve perfectamente todo el interior. “Es igual que la foto del libro”. ¡Efectivamente! Le digo, aunque es posible que para el libro hayan sacado la foto desde aquí, y de esto, que es lo real. Se ríe y lo ha entendido. Al final, como no nos pitan demasiado lo coches (pocos) que pasan, alargamos la parada casi 10 minutos. Visto, fotos y a seguir.

            De camino a Évora hacemos una parada en Elvas, que resulta ser un pueblo precioso, con calles empinadas y todo dentro de una muralla romana. Ya se respira que es Portugal. Juegos de Sábanas y toallas muy baratos, vino a precio de saldo, etc.

            Nuevamente la tripulación tiene desencuentros. Sergio considera que es una pérdida de tiempo y energías eso de estar caminando para ver piedras y murallas semiderruidas, casas viejas y calles de adoquines. Por tanto, acabamos la visita antes de lo previsto y partimos cuando aun nos quedan 45 minutos de parking. Ponemos rumbo a Évora por la carretera nacional, que siempre es más entretenida e interesante que la autopista. Paramos en un supermercado para comprar algo, ya que tenemos la despensa prácticamente vacía, sobre todo de líquidos.

            Tras colocar la compra proseguimos camino y llegamos al camping de Évora sin novedad. Está bien. Buscamos la auto de los nuevos amigos y nos instalamos en la parcela de enfrente, ya que es de acampada libre y no te asignan parcela.

            Vamos a comer al restaurante del camping y, mientras comemos, pasa Ramón buscándonos, porque ha visto la caravana y ha pensado que no andaríamos lejos.

            Vamos todos a la piscina, yo el primero, debido a que tenía ganas de aislarme un rato para escribir algunas cosas que se me agolpaban en el coco. Los niños lo pasan estupendamente mientras los adultos vamos intimando y hablando de nuestros viajes, trabajos, etc. Resulta una coincidencia que Elisa y yo nos dediquemos a lo mismo y tengamos algunas cosas en común. Ella es Jefa de Estudios en un colegio de Cataluña. En fin, que parece un encuentro bastante interesante. Ramón tiene una conversación amena y resulta fácil compartir el tiempo de asueto con ellos.

            Sergio y Arnau van a jugar un rato al tenis, hasta que quedan exhaustos.

Évora
            Al atardecer, cuando el sol ya no castiga en exceso, preparamos todas las bicicletas y nos hacemos la visita al pueblo. Muy interesante y bastante bien organizado. En un mirador disfrutamos, comiendo un helado, de una puesta de sol preciosa, de foto.

            De noche cenamos cada uno en su caravana y tras la cena invito a una botella de vino portugués fresquito. Los niños tendidos en las hamacas jugando a sus cosas y nosotros tranquilos conversando. Interesante. Buena tertulia y a las 12 de la noche, a la cama.

            Hemos vuelto a quedar para ir al día siguiente a Lisboa, al camping.

Kms.:  184                             acumulado:     3.114


5 de agosto. Sábado.
Évora – Camping Lisboa

            Por la mañana salen los amigos más temprano que nosotros y, antes de irse, se despiden, por si acaso no nos volvemos a ver. Intercambiamos teléfonos y correo electrónico.


Puente Vasco de Gama.
Lisboa

            Al poco de salir los compis, ponemos la auto en marcha, vaciamos grises y salimos hacia Lisboa. Como me da un poco de respeto, tomamos la autopista. Lo tenemos estudiado; podemos entrar en Lisboa por cualquiera de los dos puentes: el de Vasco de Gama (el antiguo) o el de la Revolución de los Claveles, antes llamado Puente de Salazar (el nuevo y colgante). Decidimos entrar por el norte, por el Puente Vasco de Gama hasta tomar la A-1 y salirnos por la puerta IC-17, directos al camping, según indica la guía de campings. Justo cuando llegamos a la altura de la salida prevista nos encontramos con que está FECHADA (cerrada), por lo que continuamos, no sabemos por donde, pero mi sentido de la orientación me dice que estamos en una circunvalación parecida a la M-40 de Madrid. Sobre la marcha decido que vamos a seguir hasta encontrar la A-5 que viene del sur, tomaremos rumbo Lisboa y nos saldremos por la puerta IC-19. Una vez que estamos en la A-5 observamos que circulamos en sentido contrario al que nos interesa, es decir, hacia Estoril. Nos salimos de la autopista en una enorme área de servicios para pensar la estrategia con tranquilidad.

            A Sergio se le ocurre la genial idea de entrar en el McDonald a comerse una hamburguesa, lo que aprovecho para tomarme más tiempo al decidir como vamos a hacer para llegar al camping. Ya está decidido y resuelto, creo. Seguimos unos 200 mts por la A-5 en sentido sur, nos salimos, pagamos el peaje, continuamos hasta una rotonda y rodeamos para volver a entrar por las mismas casetas de peaje, pero ahora nos colocaremos en el sentido correcto, hacia el norte. En un momentito nos encontramos con la señal indicadora del camping y llegamos al aparcamiento de espera sin novedad.

            Sergio se queda en la caravana y yo me voy a recepción a gestionar la entrada.

            El camping es enorme, el más grande que he visto jamás, ocupa una buena parte de una gran montaña llamada Monsanto, y la cola que hay en la oficina, para obtener emplazamiento es impresionante. Las dos empleadas intentan ser lo más rápidas posible, sin perder en ningún momento la amabilidad, por lo que a la hora que es, sobre las 13 h, la cola va aumentando cada vez más. Estoy en ella alrededor de una hora.

            Mientras estoy en la cola aparece Elisa y me alegro enormemente, pues ya estaba preocupado y desesperado. Me dice que acaban de instalarse y que ellos van a tardar bastante en la recepción. Van a buscar a Sergio y se lo llevan al restaurante del camping. Sergio no quiere nada, porque ya habíamos picado algo en el McDonald y algo que habrá “ratoneado” por la caravana mientras yo estoy en recepción. Cuando estoy terminando de instalarme en la parcela contigua a las de los amigos, llegan todos y nos contamos nuestras peripecias para llegar.

            Los niños se van a la piscina con Elisa, Ramón se queda leyendo y yo organizo un poco, porque pensamos estar, al menos, dos noches. Al ratito regresan los tres de la piscina y descansan un poquito. Los amigos se empiezan a “componer” para dar una vuelta a Lisboa. Nosotros hoy nos quedaremos.

            Cuando Sergio y yo nos vamos hacia la piscina, los amigos ya salen para coger la guagua en el exterior del camping, saliendo hacia la derecha. Al pasar junto al restaurante veo que anuncian una barbacoa (churrasqueiro) para la noche y me gusta la idea. 12€ por persona, toda la carne y guarnición que quieras, con la bebida aparte.

            Cuando volvemos de la piscina vemos que los catalanes ya han regresado. En realidad su excursión terminó en la parada, pues la guagua que querían coger no pasaba, después de 45 minutos, por lo que decidieron irse de nuevo “a casita”.

            Vamos al churrasqueiro, a eso de las 20.15 h, y yo lo aprovecho bastante más que Sergio, que no come casi nada, más por rebeldía que por falta de apetito. ¡¡En fin!!.

            Tras la cena invito a los amigos a tomar una botella de vino y tenemos tertulia hasta después de las 12 de la noche. Quedamos para ir mañana juntos a la excursión organizada y guiada que sale desde el propio camping. Ya hemos reservado las 5 plazas y las hemos pagado. Saldremos a las 10 de la mañana.

Kms.:  173                              acumulado:     3.287


6 de agosto. Domingo.
Lisboa

            Nos levantamos más temprano de lo necesario, ya que me despierto con el móvil, al que no había cambiado la hora, por lo que cuando ya vamos a salir hacia la guagua de la excursión, nos damos cuenta que son las 9 menos 5 y no las 10 menos 5; ¡¡En fin!! Que hacemos los preparativos con mucha tranquilidad.

Belem. Lisboa
            La excursión es la típica de todas las ciudades. Te llevan a los lugares más emblemáticos, 15 minutos, foto y de nuevo a la guagua. Servirá, básicamente, para hacernos una idea global de la ciudad y mañana iremos a visitar, con tranquilidad, aquellos sitios que mas nos hayan gustado o interesado.
Es muy curioso el trayecto que realizamos en un tranvía que sube una cuesta tremenda, corta pero enormemente empinada. Es divertido.


Alfama. Lisboa
            Visitamos la Torre de Belem, que sirvió de defensa de la ciudad, a la margen derecha del río Tajo, después San Jerónimo, el monumento a los descubridores, el barrio de Alfama, unos invernaderos (fríos y calientes), unos helados y al camping, después de 4 horas. Estuvo bien aunque Sergio, como casi siempre, disconforme con todo. Mañana iremos por nuestra cuenta a ver la Torre de Belem y el museo marítimo.

            Comemos en el restaurante del camping, vamos a la caravana y luego a la piscina. Ramón se queda leyendo, como siempre.

            Tras la merienda Sergio coge la bici y se va a dar una vuelta. Parece que ha visto algo que le puede resultar interesante. Llega la hora de cenar y no ha vuelto. Dan las 10 y todavía no ha venido. La cena lleva un rato hecha. Decido irlo a buscar y lo encuentro, tras un largo rato, con unos niños de su edad conversando, en un extremo del camping. Se asusta un poco, pero solo lo justo para que yo me lo crea. Es que de todos es sabido que los padres somos gilis y el padre de Sergio lo es doblemente, por sentirse bajo la mirada crítica de alguien y la amenaza de medidas drásticas. O sea, que a fastidiarse y callar. Lo peor es que cada día me resulta más difícil sobrellevar esta situación, por lo que me temo que en cualquier momento pueda reventar a tomar una decisión equivocada. Espero que ese momento tarde en llegar. ¡¡Joder!! ¡¡Que infeliz me siento!!.

            Después de cenar Sergio se vuelve a ir, aunque pide permiso para media hora y vuelve. Luego pide otra media hora y vuelve. Se queda un rato y se marcha diciendo que vuelve en un momentito. A las 2 de la mañana tengo que irlo a buscar a la piscina, donde está con 3 amigos/as. Cuando llega se coge el edredón y se queda con Arnau en las hamacas, fuera de la caravana. No hace frío y se lo permitimos, pues no deja de ser para ellos una aventura.


7 de agosto. Lunes.
Lisboa

            Sobre las 8 y media voy a recepción para comunicar que nos quedaremos hasta el martes. La chica de recepción me dice que no es necesario decir nada si la estancia es inferior a los siete días, basta con que cuando vaya a marchar pague y adiós. De haberlo sabido no madrugo tanto. Compro pan calentito y les llevo también a los catalanes.


San Jerónimo. Lisboa

            Después de desayunar nos preparamos y vamos en la guagua a Lisboa para ver con tranquilidad la torre de Belem y el Museo Marítimo. Después de una larga pateada por la avenida marítima llegamos a la torre de Belem y hoy está cerrado. Nos sentamos un rato en el césped del parque y luego nos vamos al museo, que está en un lateral de San Jerónimo. También cerrado. Lo que ocurre es que hoy es lunes (2ª feira) y, como en casi todos los lugares, los lunes es el día de cierre de los museos y de los monumentos visitables en el interior. Todo FECHADO. Vemos las anclas que están por fuera y charlamos un rato.

            Le doy una alegría a Sergio (que no se la merece): en vez de regresar en la guagua, cogeremos un taxi y nos iremos a darnos un baño a la piscina del camping. Total, la diferencia entre ir en la guagua a ir en taxi es de 1€ y, además, nos ahorramos 1 h. de pateada.

            Después de comer aprovecho para escribir y Sergio vuelve a la piscina.

            Por la tarde llegan los catalanes cargados con bolsas de compra y charlamos un rato sobre las visitas del día.

            Al atardecer, mientras jugamos al juego de las piedras y los agujeros, Sergio vuelve a desaparecer y tengo que irlo a buscar después de hacer la cena, unos raviolis, pues no parece darse cuenta que le espero para cenar. Cuando le encuentro le doy 5 minutos para regresar. En cuanto llega subimos las bicis a los portas y cenamos con otra discusión. ¡¡Es mi destino!!. Los catalanes, en vista de cómo está el patio se van a dormir, por lo que esta noche no habrá vino ni tertulia. ¡¡Que cada palo aguante su vela!!.

            Sergio se acuesta, pues le he prohibido volver a marcharse  y también tocar el ordenador, y yo me preparo una coca cola rebajada, con un par de cigarrillos y después, a la cama. Mañana tengo que levantarme temprano para ir a liquidar a recepción, ya que a partir de las 9 y media se empiezan a formar unas colas de miedo, de más de 1 h. y no es plan.

            Esta tarde le he dado un lavado a la caravana como nunca había hecho, desde el techo hasta las ruedas, con cepillo, jabón, manguera y brazos. El trabajo ha quedado bien y se nota que la caravana tiene algunas partes blancas.


8 de agosto. Martes.
Lisboa – Estoril – Cascais – El Guincho – Terrugem – Ericeira - Peniche – Foz de Arelhos

            Me levanto temprano como tenía previsto y, a pesar de ello, tengo que hacer cola en la recepción, aunque menos que la del día de la llegada.

            Compro pan, desayunamos, ordenamos lo que sea susceptible de caer (ya se sabe que en una caravana, todo lo que sea susceptible de caer, tarde o temprano caerá) y Sergio se toma media hora para despedirse de sus amigas y amigos.

            Los catalanes salen a las 10 para Peniche y, quedamos en que algún día nos encontraremos en algún lugar de esos mundos de Dios.

El Guincho. Cascais
            A las 11 arrancamos y ponemos rumbo a Estoril. No nos dice mucho, aunque sí Cascais, que es precioso. Seguimos luego por el Guincho, que tiene unos rincones de fotografía. Continuamos la carretera por la costa y vemos calas muy coquetas, aunque abarrotadas de gente. Hoy el calor ha dado una tregua y no aprieta nada.

            Paramos a comer en un restaurante, pasado Terrugem, antes de llegar a Ericeira. Sergio come un pescado rebozado, con arroz y ensalada y yo como una espetada con papas fritas y ensalada, comemos postre y yo tomo café. La comida resulta muy alentadora, pues Sergio se interesa por algunas cosas de mi familia y yo me emociono por momentos. Pedimos la cuenta y nos cobran 13€ ¡¡Por los dos!!. Además de la comida y el café teníamos una coca-cola y una jarra de vino. Increíble. Si siempre fuese así no merecería la pena comprar en un supermercado y hacer la comida.

            Por la tarde Sergio llama a Sandra, su madre y habla también con su hermano con Ángel. Yo también hablo con los dos; Se me ha subido mucho el ánimo.

            Sobre las 6 llegamos a Peniche y pedimos plaza en el camping que está en el faro. No nos gusta ninguna de las tres plazas que nos ofrecen, por lo que seguimos camino hacia Foz de Arelhos. Entramos en el camping de la cadena Orbitur y nos instalamos en una parcela grande de acampada libre. En principio vamos a estar una noche.

            Como hemos comprado pinchitos, chorizos y una barbacoa, al oscurecer hacemos un pequeño asadero; tertulia y a la cama.

            Hemos decidido quedarnos mañana todo el día y dormir también aquí.

Kms.:  215                             acumulado:     3.503


9 de agosto. Miércoles.
Camping Orbitur Foz de Arelhos

            Todo el día en el camping: piscina, comida, ordenador, piscina, lavadora, escritura, juegos, cena y a dormir. Día tranquilo y de descanso. Respirando aire puro y sin muchos sobresaltos.

            Desde casa le dicen a Sergio que hay varios incendios en Portugal; uno de ellos en las inmediaciones de Oporto. Cuando vayamos hacia en norte, intentaremos evitarlo.


10 de agosto. Jueves.
Foz de Arelhos - San Martinho do Porto – Nazaré - Praia de Vieira - Figueira de Foz - Cabo Mondego

            Nos levantamos tarde y a las 11 decidimos que nos quedaremos hasta la 1. Sergio aprovecha para darse un último baño en la piscina. Organizamos la recogida y nos vamos a la hora prevista.

Foz de Arelhos
            Vamos al pueblo de Foz de Arelhos, que es muy bonito, con unas entradas de mar que no pueden pasar desapercibidas al objetivo de la máquina de fotos. De allí vamos a San Martinho do Porto por una carretera preciosa que no está en el mapa que llevamos y va rodeando múltiples calas, a cual más bonita y a cual más abarrotada de gente.

Nos movemos por una parte enormemente concurrida por los portugueses, en esta época y con estos calores.

Después de recrearnos con lo que vemos, ponemos rumbo a Nazaré y paramos a comer algo antes de llegar, cuando son las 14.30 h y el hambre aprieta.

Carne grelhada, bacalao con garbanzos y papas, coca-cola enorme, jarra de vino, postre y café. Todo 16 €. Merece la pena comer por ahí.

Después de comer seguimos viendo y circulando entre pinares junto a la playa. Nos bañamos en Praia de Vieira. El agua está muy fría.

Continuamos camino y nos pasamos de Figueira de Foz, con un atasco impresionante. Tras pasar Figueira, cuando el reloj ya marca más de las 19.00 horas, vemos una indicación “Cabo Mondego” y hacia allí nos dirigimos, pues la intuición rutera me dice que puede haber un buen sitio para pasar la noche. Dicho y hecho. Al llegar a la playa, que está al norte del cabo, encontramos un enorme aparcamiento que ya está quedando vacío. Damos una vuelta y encontramos que tres autos francesas están aparcadas y con sus viejitos alrededor. Me parece que es mejor sitio un poco más al fondo del aparcamiento y, tras aparcar y dar una vuelta andando para echar una “visuada” tranquilizante de 5 ó 6 minutos por los alrededores próximos, observamos como las tres autos se ponen en marcha y se colocan justo enfrente nuestra. Son un poco desconsiderados, pues aparcan con las ruedas traseras pegadas al bordillo, por lo que el vuelo trasero obstaculiza el paso de la gente que camina por la acera. Se lo hago notar a uno de ellos mientras aparca, asiente con la cabeza y sonríe, pero no hace caso a mis sugerencias de que adelante un poco la caravana para dejar espacio a los transeúntes. Creo que tras la sonrisa pensó: ¡¡vete a tomar po´l culo!!.

            Ocupan 6 plazas de aparcamiento y sacan entre ellas mesas y sillas. Son franceses, mayores y en pandilla. Es la primera vez que veo estas actitudes en los franceses. Yo pensaba que este comportamiento era exclusivo de los italianos, pero veo que estaba equivocado. Le hago a Sergio el razonamiento de por qué los franceses tienen una actitud impropia de la filosofía autocaravanista y lo entiende perfectamente. Ahora entiendo, y también lo entiende Sergio, porqué cada vez hay más sitios donde ponen carteles de prohibición expresa de aparcar autocaravanas.


Preciosa postal del Cabo Mondego

            Sergio juega en el ordenador y yo aprovecho para escribir. Fotografío un precioso ocaso. Es increíble, pero no hay dos puestas de sol iguales.

            Mañana nos levantaremos temprano, antes de que se llene de coches el aparcamiento, para seguir disfrutando con nuevos paisajes rumbo al norte.

            De noche invito a Sergio a dar una vuelta por la playa. No tiene muchas ganas, pero al final accede. Curiosamente, una vez en la arena, es Sergio el que no quiere marcharse. Paseamos un rato y jugamos. Recorremos el pasadizo de madera desde un extremo hasta otro y luego de regreso. Nos sentamos en un banco y Sergio quiere que le hable de Política. ¿Qué es hablar de Política?.

            Tras un rato de charla nos vamos a la caravana y nos acostamos. Ha sido un día interesante, ojalá mañana se repita.

Kms.:  176                             acumulado:     3.679



Desde el viernes 11 de agosto hasta el viernes 18 de agosto, seguimos visitando lugares preciosos. Nos gustan los alrededores de Tocha y luego vamos hasta Praia de Mira. Estando en este lugar Sergio recibe llamada de su abuela, diciendo que tenga cuidado con los incendios, que cada vez se están extendiendo más por los alrededores de Oporto. Por ello, y para evitar inquietudes entre la familia de Sergio, decidimos que iremos más deprisa hacia el norte y comunicaremos cuanto antes que ya hemos salido de Portugal. Por donde nosotros estamos no hay rastro de incendios, pero como ellos pensarán que Porto es lo mismo que Portugal, y que todo el país está igual, pues nos iremos, más por tranquilizar que porque nosotros tengamos ninguna inquietud ni temor.
            Tomaremos de nuevo hacia Mira, donde ingresaremos en la autopista y le daremos zapatilla hasta donde el cuerpo aguante, lo que será, probablemente, hasta España.
            Al pasar cerca de Oporto vemos los restos de un incendio, que ya está sofocado. Hay una zona de matorral, a la margen derecha de la carretera, que está quemada. Continuamos hacia el norte y se percibe un cierto olor a chamusquina y restos de fuego reciente. Seguimos hacia el norte y cruzamos la “frontera” por Tui, cuando ya estamos en el atardecer. Buscamos donde dormir y Sergio llama por teléfono para comunicar que ya estamos “seguros” en España.
            Nos comemos dos mariscadas, dos días seguidos, y Sergio al segundo día está fatal del estómago, pero esto no es obstáculo para que se coma un caldero de mejillones y un plato de pulpo “a feira”. Bueno, hemos cumplido un deseo y una promesa que yo le había hecho. Por Vigo hemos pasado de largo, solo ver desde la distancia el campo del Celta. Visitamos Moaña, Cangas del Morrazo, el mirador de Coto Redondo y acabamos uno de los días en Marín, donde está la Base Naval, o la Escuela Naval (creo). Encontramos un sitio muy guapo para dormir, en un mirador a la salida de Marín hacia el sur. Tenemos un pequeño problema con la luz del habitáculo y lo resolvemos enseguida. Pensamos que el sitio es precioso, pero que seguramente habrá idas y venidas de coches hasta altas horas de la noche, con parejas y grupos de jóvenes a darse una “alegría” con fumatas. Por tanto, cuando ya es de noche buscamos un sitio muy tranquilo en una zona de casas de  nueva construcción. Al cabo de media hora tenemos la compañía de otra caravana, aunque aparca a una distancia prudente en la misma calle. Parece que puede ser una tontería, pero como que tranquiliza que otros hayan tomado la misma decisión que uno.
            Visitamos Sanjenjo, la isla de Arosa y Villagarcía. Al atardecer llegamos a Santiago y le damos una vuelta de reconocimiento con la caravana, mas que nada para hacernos una idea y no dejar la caravana muy lejos. Visitar Santiago con caravana es un lío. Lo mejor es visitarla a pié, pues no es demasiado grande, al menos la zona vieja. Aparcamos en una calle del extrarradio y nos comemos unos súper bocatas de atún en aceite con guarnición de lechuga. Después de charlar un rato decidimos ir a dormir a la autopista, que creemos más segura, pues se ven algunos movimientos que nos ponen en alerta. Probablemente es una tontería lo que estamos pensando, pero decidimos quedar tranquilos y nos vamos.
            Al día siguiente regresamos a Santiago y vamos directamente al Camping As Cancelas. Está un poco justo de servicios, pero nos valdrá como base de operaciones para la visita a Santiago de Compostela. Nos quedamos dos noches.
            La visita a la ciudad, a la catedral, al botafumeiro, la plaza con los peregrinos que llegan de todas partes, etc., está muy entretenida. Regresamos cansados.
            Nos dirigimos de nuevo hacia la costa, para llegar hasta Fisterra, pasando por Noia, Muros Carnota, etc. El cabo es como todos los cabos, con su faro, desolado, pero este tiene la particularidad que si miras hacia la izquierda, hacia el sur o el este, el mar está en calma, como una balsa de aceite, pero si miras hacia el oeste y más hacia el norte, ya te encuentras con “la mar”, la verdadera mar, con una mala hostia “del carallo”.
            Tras la visita al cabo, seguimos visitando los pueblos de la costa, algunos de ellos muy castigados por el chapapote, cuando el desastre del Prestige.

            El viernes 18 de agosto, después de disfrutar de un paisaje maravilloso en el cabo de Ortigal, nos dirigimos al de Estaca de Bares, en cuya plataforma, Sergio, después de hablar con unas amigas y con su madre, me pregunta si puede adelantar el regreso hacia Fuerteventura, pues están comenzando las Fiestas de la Cebada. Después de hablar yo con su madre, decido que es mejor que se vaya si lo que desea es estar con sus amigas en la fiesta.
            Ponemos rumbo directo hacia Asturias, pues con la decepción y el desanimo que tengo, quiero poner fin a este asunto cuanto antes. Salimos de Estaca de Bares a las 15.30 h. y a las 19.30 h. estoy en las oficinas del aeropuerto de Asturias para sacar el billete de Sergio cuanto antes. Consigo uno para el día siguiente y tiro a la basura el que ya teníamos para dentro de una semana.
            Probablemente haya sido para él mucho tiempo “vagando” con su padre y llega un momento que las bellezas y oportunidades que se te presentan de ver cosas nuevas ya no las aprecias debido, me supongo, al “cansancio”. Quieras o no llevamos ya casi un mes fuera de casa.

            El próximo año haremos otro viaje, con otras rutas y con otras ilusiones.